Una de las grandes amenazas de la salud en las sociedades occidentales es el incremento inexorable del número de pacientes con sobrepeso, obesidad y diabetes tipo 2. Este incremento parece deberse a dos factores que actúan sobre la base de una predisposición genética: el aumento inapropiado de la ingesta de algunos tipos de alimentos, que no son los más apropiados para nuestro organismo, y a una disminución de ejercicio físico. Existe también la sospecha, aún no confirmada, de que la acumulación en nuestro organismo de algunos tóxicos medioambientales, como los pesticidas orgánicos, podría tener también algún tipo de relación con este incremento de la obesidad y de la diabetes tipo 2.
Si la diabetes tipo 2 puede estar producida por una alimentación inadecuada, es de esperar que un cambio en los hábitos alimenticios para adaptarlos mejor a nuestro organismo, pueda producir una mejora en la diabetes tipo 2, y de hecho, la alimentación saludable y el incremento del ejercicio físico forman los pilares básicos de cualquier abordaje terapéutico de la diabetes.
La Macrobiotica fue introducida en Occidente por el japonés George Ohsawa a inicios de los años sesenta del pasado siglo, como una forma equilibrada de vida en relación con la naturaleza y sus fuentes de energía. Sus bases se encontraban en los fundamentos filosóficos de la medicina oriental. Ohsawa ya señaló que una de sus dietas terapeúticas más estrictas, la dieta número 7 , compuesta únicamente de arroz integral y te verde, era capaz de normalizar la glucemia en pacientes con diabetes tipo 2 en tan solo diez días. Oshawa hablaba de curación de diabetes, lo que no era quizás el término más apropiado.
Los nutricionistas y médicos cubanos, y recientemente algunos italianos, han investigado sobre la capacidad de una dieta macrobiotica desarrollada por el Italiano Mario Piranesi, la denominada dieta Ma-Pi 2 , basada en las ideas de Ohsawa pero mejor adaptada a Occidente, para mejorar la glucemia, el colesterol LDL y la tension arterial en los pacientes diabéticos tipo 2.
Los resultados de los estudios realizados durante la administración de 21 días de esta dieta, muestran un llamativo efecto sobre la glucemia ( glucosa en sangre) en ayunas, la glucemia a las dos horas de las comidas, el colesterol LDL ( el llamado colesterol malo) y la tensión arterial sistólica ( la tensión máxima). En todos estos estudios los menús macrobióticos se administraban ya cocinados a los pacientes, en comedores o mientras eran recluidos en hoteles.
En uno de los estudios cubanos con esta dieta Ma-Pi 2 los menús se administraron en los comedores durante 21 días, pero también se les enseñó a los pacientes a cocinar sus propios menús macrobióticos en sus casas, por lo que los pacientes tomaron esta dieta durante tres meses.
Al finalizar los tres meses con la dieta, los valores medios de glucemia en ayunas habían disminuido un 32%, el colesterol LDL un 31% y la presión arterial sistólica un 7%. Esto quiere decir que si un paciente tenía un valor de glucosa en ayunas de 160 mg/dl antes de empezar la dieta, a los tres meses bajaría a 109 mg/dl, aún disminuyendo la medicación para el azúcar. Si el colesterol malo estaba en 120 mg/dl cabría esperar una bajada a 82,8 mg/dl y si la TA alta estaba en 145 mm Hg bajaría a 135 mm Hg.
También en Cuba, se realizó un estudio con un seguimiento a 6 meses con 16 pacientes con diabetes tipo 2 en el que los menús de la dieta Ma-Pi 2 se administraban diariamente a los pacientes en el comedor de un centro asistencial especializado en diabetes. Se realizaron medidas de hemoglobina glicada, que es el mejor parámetro para medir los valores glucémicos en los últimos tres meses. Los resultados tras seis meses de seguir la dieta fueron enormemente llamativos, la hemoglobina glicada media descendió de un 12.60% a un 5,3%, también bajó el colesterol LDL un 22,6% y el peso corporal en un 9%. El descenso de los valores medios de glucemia estaban en consonancia con el descenso de Hemoglobina glicada, un descenso de un 64%. Al inicio del estudio todos los pacientes eran tratados con insulina pero al final de la intervención dietética la insulina se había suspendido en todos ellos, y el 75% solo se trataba con la dieta.
Este descenso de la hemoglobina glicada es enormemente llamativo si tenemos en cuenta que en un paciente no tratado con estas cifras de hemoglobina glicada, la utilización de insulina y fármacos podría disminuir sus valores en un 2-3%, es decir de un 12,60 a un 9,6%. En el estudio, como hemos dicho, se llegó a un nivel de hemoglobina glicada de un 5,3%, es decir a un valor totalmente normal, y ello a pesar de que se fueron disminuyendo las dosis de insulina paulatinamente hasta suspenderla al final en todos los pacientes.
Los resultados obtenidos en estos estudios, aunque enormemente sugestivos, no son totalmente concluyentes ya que su diseño no permite diferenciar el efecto de la administración de menús de forma estricta en comedores dietéticos y en reclusiones en hoteles, lo que puede tener una gran importancia, del efecto de la dieta macrobiótica en sí misma. A los pacientes en los comedores y en los hoteles se le administra unos menús perfectamente equilibrados y cocinados, pero en su vida diaria el paciente tiene que confeccionar los menús, comprar los ingredientes , cocinarlos y está además constantemente bombardeado con tentaciones para saltársela. La contribución de cada uno de estos factores, la forma de administración y la dieta en sí misma, puede diferenciarse mediante estudios bien diseñados y correctamente ejecutados. No entraremos en los detalles técnicos sobre cómo hacerlo, pero si alguien tiene los recursos para ponerlos en marcha, yo me ofrezco a colaborar en los mismos.
Aún en ausencia de estos estudios definitivos, que permitirían aconsejar esta dieta de forma indiscriminada a toda la población de pacientes con diabetes tipo 2, los datos disponibles hoy en día, son lo suficientemente llamativos , cómo para justificar su uso de forma individual en pacientes seleccionados, siempre bajo la supervisión de expertos en este tipo de alimentación y de personal sanitario bien entrenado en el manejo de la diabetes tipo 2.
En una siguiente entrada explicamos los fundamentos de esta dieta.

George Ohsawa, introductor de las teoría macrobióticas en Occidente

La Dra Carmen Porrata-Mauri lider de la investigación de la dieta macrobiotica en la diabetes tipo 2 en Cuba