Cuando yo era estudiante de medicina, había una asignatura en los estudios de doctorado, a la que los recien licenciados , inflados por el furor científico, dábamos una escasa importancia. Esta asignatura se denominaba “Hidrología Médica” y trataba del estudio de los usos médicos de las aguas.
A los que entonces teníamos llena la cabeza de fisiopatología , bioquímica, biología molecular, farmacología experimental y clínica, de ciencia, aquellos temas nos parecían , cuando menos, lejanos y exóticos.
Era una época, hablamos del inicio de la década de los setenta del pasado siglo, en la que los balnearios y las curas de aguas, que habían alcanzado en España su máximo explendor a finales del Siglo XIX y principios del XX, habían llegado, probablemente, al culmen de su declinar y de abandono. Era el tiempo en el que el Gran Hotel de Mondariz había sido destruido por un incendio, y algunos otros balnearios , como el de Solares en Cantabria, habían sido definitivamente cerrados y abandonados.
En los últimos años, hemos contemplado un cierto renacer de estos viejos balnearios. Gran parte de esta nueva vida deriva de un nombre mágico “SPA” , iniciales de la frase en italiano “Salute per Aqua”, salud por el agua. Grandes piscinas de aguas calientes, chorros, camas de agua , masajes , saunas… De los abuelos artríticos y de los enfermos desahuciados, estos balnearios han pasado a acoger a parejas jóvenes, grupos de amigas, matrimonios en la treintena con niños. Mondariz no es ajeno a ello.
El agua en Mondariz corre en sus rios y arroyos , limpia y transparente, pero sobre todo brota de sus fuentes. La más famosa de ellas es la fuente de Gándara. El agua que brota en la fuente de Gándara contiene mucho bicarbonato sódico (la más alcalina de España decian los viejos anuncios), burbujas de dióxido de carbono y hierro. La tradición balnearia le otorga propiedades curativas sobre los trastornos del estómago y enfermedades de la nutrición como la obesidad o la diabetes leve. Yo nunca había bebido un agua parecida a esta de Mondariz.
Desde la fundación del balneiro de Monadariz en 1872 por el Dr Peinador, fueron muchos los pacientes que mejoraron con estas aguas y quizás por ello la fuente de Gándara está guardada en un edificio en forma de templo antiguo , construido por el arquitecto Antonio Palacios, autor de extraños edificios de gran éxito en Madrid. Dentro del templo se guarda una enorme cápsula de cristal en donde se pueden contemplar las burbujas de gas que brotan con el agua de esta tierra; también se deposita el mineral de hierro. El agua así presentada, en este entorno arquitectónico un tanto teatral , parece divina. Esta forma de presentarla sin duda incrementa sus propiedades curativas, como también lo hace el entorno natural y de reposo que la rodea , o el viejo parque del Gran Hotel, hoy convertido en edificio de apartamentos de lujo.
En Mondariz , a donde me he acercado en esta mañana de marzo , al inicio de la primavera , cuando en los montes gallegos florecen las aulagas y las mimosas, tiñendolos de amarillo vibrante; cuando la lamprea inicia su subida desde el mar hacia la parte alta de los rios para continuar su ciclo misterioso de la vida; he vuelto a amar a esto viejos balnearios y después de tantos años, superando aquella cabeza cietificista de recién licenciado, me he puesto a estudiar con interés los viejos y empolvados tratados de hidrología médica, que aún guardaba en mi biblioteca.

El agua en Mondariz. El parque del gran hotel

El agua en el parque.

El templo de Antonio Palacios que alberga la fuente de Gandara

El templo de la Fuente de Gandara

La fuente de Gandara

El gas carbónico en la fuente Gandara. Mondariz

Restos de mineral de hierro en la fuente de Gandara. Mondariz
23 de marzo de 2011