León Dufour fue un afamado entomólogo francés de la primera mitad del Siglo XIX.
Su relación con España se inicia en 1808, cuando como médico militar y formando parte del ejército de Napoleón participa en la invasión militar. Acantonado sucesivamente en Madrid, Valencia, Cataluña, Aragón y Navarra, Dufour realiza una auténtica “entomología de batalla”, logrando establecer una colección de insectos españoles durante la contienda de más de 4000 especímenes, que envía a Paris en 1811.
Terminada la Guerra de la Independencia, Dufour establece una intensa relación epistolar con los entomólogos españoles: Juan Mieg, Mariano de Paz Graells y Laureano Pérez Arcas, que le envían los ejemplares con los que tienen dificultades de identificación que recolectan en sus excursiones alrededor de Madrid y en la Sierra de Guadarrama.
En 1854 Dufour vuelve a España, con 74 años, enviado por la Academia de Ciencias de Paris, acompañado de otro entomólogo, Edouard Perris, siguiendo la misma ruta hacia Madrid que había seguido en 1808 con Napoleón Bonaparte: Bayona, Irún, Burgos, Aranda y Somosierra.
Dufour hace una interesante descripción de su viaje en la que compara su visión de España en las notas que había tomado en 1808 con la de 1854, mostrando el cambio en las ciudades, en los cultivos y en los españoles.
El 14 de junio de 1854 Dufour, Perris, Paz Graells y Sanchez parten en diligencia desde Madrid hacia El Escorial para hacer una excursión por el Guadarrama. Siguen la misma ruta que Paz Graells había recomendado años antes a otros naturalistas.
En El Escorial forman una caravana con cuatro caballos y un quinto para el equipaje, y les acompaña un joven guía de nombre Francisco. Graells y Sánchez van armados con fusiles “para disparar a los pájaros” pero probablemente también para la defensa del grupo.Van de camino hacia Los Molinos y Cercedilla, recolectando hierbas e insectos, y al cabo de ocho horas de viaje llegan a la Venta de Navacerrada, una venta de arrieros,usada con quejas por los naturalistas del XIX, en donde pasan la noche.
Al día siguiente emprenden la marcha hacia el Puerto de Navacerrada quedando Dufour impresionado por la región de la Genista purgans. A la bajada del puerto les sorprende una lluvia intensa, refugiandose en una caseta de guardias civiles. Continúan la bajada hacia La Granja por las Revueltas y Dufour anota la belleza de los Ranuculus carpetensis, de la Statice caspitosae y sobre todo del Pinus Sivestris. Al llegar a Valsaín hacen un alto para devorarse un lechón asado que habían encargado en la Venta de Navacerrada.
La expedición permanece en La Granja durante una semana. Durante este tiempo suben al Reventón, en donde Dufour encuentra una Tarentula, arácnido que ya había estudiado con detenimiento en 1808.
Tras descansar un día en el que visitan a los jardines, dedican una jornada para subir a Peñalara para lo cual contratan a un guía del país. Tras pasar por los Neveros, en donde a esta altura de el año todavía hay nieve, hacen un alto al borde de la Laguna de Los Pájaros, quedando Dufour impresionado por el silencio y la belleza del lugar: Je ne connnais pas de solitude plus salvage, plus lugrube, plus inanimèe, que celle de ce petit lac.
Escalan a la cima de Peñalara, en donde todavía hay nieve y describe los tres tipos de Narcissus de la flora local: rupicula, nivalis y Graellis. Este último descrito por su amigo Graells que les acompaña.
Tras bajar de nuevo a La Granja, hacen una visita a los monumentos de Segovia, y vuelven a partir hacia El Escorial. Hacen noche en la venta de San Rafael, que encuentran más recomendable que la de Navacerrada para los naturalistas, y de aquí continúan hacia su destino a través de Pinares Llanos. En El Escorial descasan durante un día en la casa de Graells en la que este y su familia pasan el verano.
A lo largo del camino el grupo han ido recolectando muy diversas flores y hierbas, así como muy distintos especímenes de insectos que Dufour detalla con gran entusiasmo en su escrito.
El día 30 de junio por la tarde, Perris parte hacia Francia. Ese mismo día todavía cazan insectos con Pérez Arcas por el Manzanares. Dufour viaja el 14 de julio hacia Francia siguiendo una ruta distinta a la que había utilizado para venir; vuelve por Alcalá, Guadalajara, Soria, Pamplona y Elizondo. En la aduana enseña , con la incomprensión de los aduaneros, que obligan a declararla, “su caja llena de inocentes pequeñas bestias” , “su pequeño botín científico”.
Su compañero Edouard Perri recordando este viaje a España con Dufour escribiría: L’Espagne est le paradis des naturalistes.

Leon Dufour

Edouard Perri ( a la derecha de la imagen)
Las escursiones científicas de D Ignacio Bolivar a La Granja de San Ildefonso.
Otra Excursión de D Ignacio Bolivar a la Granja de San Ildefonso.
Los científicos naturalistas en la Granja de San Ildefonso en la Segunda Mitad del Siglo XIX