En la libreria Ícaro en la calle de la Reina en la Granja, en donde se exponen muchos libros de historia sobre el pueblo y sus alrededores, me encuentro con la tercera edición de un bello libro: “Memorias del Guadarrama. Historia del descubrimientos de unas Montañas”, escrito por el periodista Julio Vías.
Leo en el prólogo de Juan-Luis Arsuaga, ilustre paleóntologo, montañero y escritor, que él hojeó la primera edición de este libro en esta misma libreria, en donde se surten de periódicos y de libros muchos de los vecinos de la Granja. “Una libreríaque da a una calle ancha desde la que se ve, al fondo y por encima de una iglesia, la montaña de Peñalara”
El libro de Vías es el resultado de su múltiples lecturas, sin duda a lo largo de muchas décadas, sobre la historia de la Sierra. Pero desde las primeras páginas del libro queda claro que estas lecturas no son el resultado de ningún afán de erudicción , sino de un intento de comprender el porqué de muchas cosas que Vías ha ido contemplando en sus años de andanzas por la Sierra, unas andanzas que comenzó de la mano de su padre cuando aún era niño. Esto se refleja en el la delicadeza pausada del libro, en la sabiduría que va creciendo desde una elaboración interior muy personal de la historia , desde un profundo sentimiento del paisaje.
Vías nos relata las historias de los caminos, de los nombres, de los pastores, vaqueros, hacheros y gabarreros que la habitaban. Traza la historia de los naturalistas y científicos que la investigaron. De los educadores (Giner y Cossio a la cabeza), de los artistas, y de tantos otros lugares y personajes que atrapan el interés del lector. En su relato sobre el Puerto de Reventón, nos enteramos del origen del refugio de piedra de Fuente Infante y de los detalles de los enfrentamientos en el puerto durante la guerra civil. La Sierra guarda huella de todo lo que fué aconteciendo a lo largo de los siglos sobre ella, y son estas huellas las que Julio Vías percibe , para al poco tiempo empezar a persiguirlas hasta encontrar sus orígenes, a veces en tiempos tan remotos como las conquistas árabes.
Vivimos en un mundo absurdo guiado por un afán de crecimiento económico ilimitado, un afán sin sentido capaz de destruir y arrasar todos los recursos naturales, de contaminar el ambiente , e indirectamente de contaminarnos a nosotros mismos. Quedan pocos espacios en España como algunos que todavía guarda la Sierra de Guadarrama, espacios hoy todavía amenazados por los que no ven límites a sus afanes desmedidos de riqueza.
Por eso ello, el libro de Vías refleja también su afán de lucha por conservar estos espacios . Un afán con el que todos los que amamos la Sierra nos sentimos identificados. Como cierra Juan Luis Arsuaga su prólogo: “En este libro estamos todos los amantes y defensores de la Sierra. Este libro somos todos”.
17 de febrero de 2011
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