Encuentro en Internet una bella foto panorámica de La Granja de San Ildefonso . Es parte de una guía de turismo francesa publicada en 1902. Está tomada desde la loma del viejo polvorín, cerca del antiguo hospital.
Me llaman la atención los altos chopos lombardos, plantados en hilera, siguiendo la valla de las huertas que hoy ocupan las urbanizaciones del Sitio de Noles y los Jardines de Bolonia. Sobre la valla puede distinguirse la antigua puerta de una de las huertas.
Hay una pintura de Bambrilla, de 1823, con una perspectiva más baja, tomada desde el hospital, donde aparece con más detalle esta puerta y los viejos chopos, en los que se recrea el artista.
Estos chopos, apenas cambiaron en los 80 años que separan la pintura y la fotografía . Ofrecían una visión única del paisaje, elevándose en vertical, como si quisieran alcanzar las alturas de la Silla del Rey y de Peñalara, más allá del doble arco iris que también quiso captar Bambrilla.
Los chopos lombardos, tan misteriosos, con esta belleza recta y vertical, perfectamente formados en hilera, fueron desapareciendo con los años y con ellos se fué también parte muy importante del paisaje.
La vieja puerta de la huerta sin embargo, por no se que extraño milagro, permaneció cerca del lugar donde la pintó Bambrilla. Sin las hojas de madera, sin su tejadillo, esta puerta, testigo de otras épocas, que quiso colocarse formando parte de un jardín siempre inacabado, me parece hoy un poco viuda, triste y solitaria, sin aquellos viejos chopos que pintó Bambrilla.
No hay extraños milagros. En su momento le comenté a Jesús Espinar, que pertenece al equipo de obras del Ayuntamiento, que era una pena que se perdiera esa puerta y le enseñe copia del cuadro de Brambilla. Le dije que intentará respetarla y que además podría decorar como vestigio el proyectado jardín. El resultado final es dudoso pero ahi está.
¿has visto las coníferas que hemos plantado en el Polo?
Un abrazo
Valentín