Un amigo me ha llamado la atención sobre un video con los sonidos del invierno en el Pinar de Valsaín publicado en las páginas digitales del periódico “El Mundo”. Está publicado en uns sección denominada “Los sonidos de la naturaleza” y su autor es Carlos de Hita. Reviso el archivo de la sección, donde se guardan numerosos reportajes sobre los sonidos del Pinar, y en donde los cantos de las aves en las distintas estaciones , adquieren un singular protagonismo. Carlos de Hita explica la técnica que utiliza para captar estos sonidos y el porqué lo hace. Conoce los cantos de todos y cada uno de las aves del Pinar, y el origen de otros muchos sonidos: animales, vegetales o minerales de la Sierra.
En el año que llevo escribiendo este blog, me he ido encontrando muchos amantes del Pinar , que van recogiendo con amor y dedicación diversos aspectos del mismo: Honorio Iglesias, con sus fotografías de la fauna y la flora del Pinar; Ignacio Maderuelo realizando el catálogo de su fuentes; Conrado Martín reconstruyendolas o Julio Vías recogiendo la memoria histórica del Pinar. Pero no podría pensar que existía alguien como Carlos de Hita que recogía editaba y publicaba los sonidos del Pinar de Valsaín y de la Sierra. Ha sido un emocionante hallazgo.
La idea del paisaje es una idea unitaria. Se unen todas nuestras percepciones: lo que vemos, lo que olemos, lo que oimos o lo que percibimos a través de nuestra piel ( la temperatura , el movimiento del aire ). Pero quizás lo mas importante en el sentimiento del paisaje son las sensaciones más profundas: de unión con todo lo que nos rodea. Un sentimiento que no es facil de encontrar lejos de las sierras y de las costas desnudas.
Aún fragmentando, analizando los componentes del paisaje, la fuerza evocadora de cada uno de sus componentes es impresionante. Si Honorio Iglesias nos acerca a la increible belleza de las imágenes del Pinar, Carlos de Hita nos muestra la mágica fuerza de los sonidos de la Sierra. Los dos, junto con Julio Vias, Conrado Martín y otros muchos amantes de este pinar, nos recuerdan la necesidad imperiosa e ineludible de su conservación.